Editorial
Arturo Estrada Rosales
Sí hay contradicción entre lo que dicen y hacen funcionarios de la Secretaría de Cultura del GDF, respecto a impulsar la cultura en nuestra entidad, cuando por un lado y con reflectores, se llenan al acercar a los capitalinos, principalmente, una serie de eventos culturales en espacios populares, como si esto bastara para indicar que están cumpliendo el cometido y su responsabilidad, mientras que por otro lado, funestos y advenedizos servidores públicos de tercer nivel, intentan a toda costa cerrar uno de los centros culturales más activos y representativos de la ciudad de México, el Xavier Villaurrutia, ubicado en la Glorieta de Insurgentes.
El asunto es, que el Centro Cultural Xavier Villaurrutia, se ha mantenido al servicio de la comunidad por más de 19 años, a pesar de padecer desde su fundación, el abandono y el desinterés por parte de las instituciones a las que ha pertenecido, como Socicultur, Instituto de la Cultura y ahora de la Secretaría de Cultura; instancias de gobierno que cada una en su momento, no han proveído a ese centro cultural de recursos, humanos, materiales y económicos, y que a pesar de eso, su actividad nunca se ha interrumpido, trayendo beneficios a la sociedad y principalmente a los alumnos que han cursado por sus talleres, donde han adquirido el conocimiento de diversas disciplinas del arte y la cultura con el apoyo de destacados profesionales.
Sin embargo, y pese a los esfuerzos de los trabajadores que han participado por casi dos décadas para mantener abierto ese espacio a la cultura, están siendo minimizados, al grado de que autoridades de la Secretaría de Cultura, a cargo de Elena Cepeda de León, han iniciado la aplicación de una serie de políticas laborales y administrativas, con el fin de desmantelar ese centro para que cierre sus puertas y al parecer a espalda de la titular.
El hecho es que, la intromisión abierta y descarada de Isabel Molina, encargada de la Coordinación Interinstitucional, y su supuesto derroche de poderío, sigue vigente como hace un año que llegó al puesto, y que desde entonces ha querido meter a su gente al centro cultural, tratando de destituir principalmente al que desde hace 19 años es su director, Ubaldo Comi Aguilera, a pesar de que la oficina a su mando, nada tiene que ver ya con el centro cultural. Y en una muestra más de su falta de respeto hacia los demás, hoy ha decidido pasarse por debajo de las faldas, las funciones del coordinador de Educación Artística, Antonio Hernández Montoya, responsable de la contratación del personal administrativo y docente. Pues al reiniciar su ataque, Isabel Molina, fuera de su esfera de competencia, a ordenado la cancelación del contrato laboral de la actual administradora del centro cultural, Judith Méndez, que tendría que culminar el 31 de diciembre, queriendo obligarla a firmar un nuevo contrato, pero con fecha de terminación contractual el 15 de marzo, en una acción que viola los derechos laborales; otras “gracias” se le conocen a esta “servidora pública”, como haberse llevado el año pasado el equipo de cómputo del centro cultural, como si a ella le hubiera costado y no a los que pagamos impuestos, creyendo que con eso se debilitarían las funciones del mismo.
Cabe destacar, que los actos arbitrarios de Isabel Molina, que frenan el aprendizaje artístico y cultural de los ciudadanos del DF, continuarán, pues dice que la cancelación de contratos de los maestros talleristas vendrán en cascada y todo con el fin de apoderarse del centro cultural para darles lugar a sus recomendados o en su defecto, de no funcionarle esto, seguir luchando para que sea cerrado ese espacio, desconociendo al parecer, que la actividad que desarrolla el “Xavier Villaurrutia”, es netamente sociocultural y no político. Siendo un sitio, donde se trabaja con niños y jóvenes, muchos en situación de calle o con capacidades distintas, así como con grupos minoritarios, y que no se ha quedado únicamente en su espacio, pues realiza trabajos fuera del mismo, saneando con su actividad, sin mucho merecimiento la imagen que tiene el GDF con la cultura.
Ya la secretaria de Cultura del GDF, tiene en sus manos la denuncia y peticiones de los trabajadores del “Xavier Villaurrutia”, y tendrá un encuentro con ellos, hoy lunes 24, y estaremos pendientes si pone las cosas en su lugar, principalmente a Isabel Molina, que debido a su ignorancia, “piensa” que el cargo la hace conocedora de las necesidades a cubrir con respecto a la cultura. Mientras tanto, así van las cosas, que no van bien.
http://www.diariodemexico.com.mx/?module=displaystory&story_id=40987&format=html
Arturo Estrada Rosales
Sí hay contradicción entre lo que dicen y hacen funcionarios de la Secretaría de Cultura del GDF, respecto a impulsar la cultura en nuestra entidad, cuando por un lado y con reflectores, se llenan al acercar a los capitalinos, principalmente, una serie de eventos culturales en espacios populares, como si esto bastara para indicar que están cumpliendo el cometido y su responsabilidad, mientras que por otro lado, funestos y advenedizos servidores públicos de tercer nivel, intentan a toda costa cerrar uno de los centros culturales más activos y representativos de la ciudad de México, el Xavier Villaurrutia, ubicado en la Glorieta de Insurgentes.
El asunto es, que el Centro Cultural Xavier Villaurrutia, se ha mantenido al servicio de la comunidad por más de 19 años, a pesar de padecer desde su fundación, el abandono y el desinterés por parte de las instituciones a las que ha pertenecido, como Socicultur, Instituto de la Cultura y ahora de la Secretaría de Cultura; instancias de gobierno que cada una en su momento, no han proveído a ese centro cultural de recursos, humanos, materiales y económicos, y que a pesar de eso, su actividad nunca se ha interrumpido, trayendo beneficios a la sociedad y principalmente a los alumnos que han cursado por sus talleres, donde han adquirido el conocimiento de diversas disciplinas del arte y la cultura con el apoyo de destacados profesionales.
Sin embargo, y pese a los esfuerzos de los trabajadores que han participado por casi dos décadas para mantener abierto ese espacio a la cultura, están siendo minimizados, al grado de que autoridades de la Secretaría de Cultura, a cargo de Elena Cepeda de León, han iniciado la aplicación de una serie de políticas laborales y administrativas, con el fin de desmantelar ese centro para que cierre sus puertas y al parecer a espalda de la titular.
El hecho es que, la intromisión abierta y descarada de Isabel Molina, encargada de la Coordinación Interinstitucional, y su supuesto derroche de poderío, sigue vigente como hace un año que llegó al puesto, y que desde entonces ha querido meter a su gente al centro cultural, tratando de destituir principalmente al que desde hace 19 años es su director, Ubaldo Comi Aguilera, a pesar de que la oficina a su mando, nada tiene que ver ya con el centro cultural. Y en una muestra más de su falta de respeto hacia los demás, hoy ha decidido pasarse por debajo de las faldas, las funciones del coordinador de Educación Artística, Antonio Hernández Montoya, responsable de la contratación del personal administrativo y docente. Pues al reiniciar su ataque, Isabel Molina, fuera de su esfera de competencia, a ordenado la cancelación del contrato laboral de la actual administradora del centro cultural, Judith Méndez, que tendría que culminar el 31 de diciembre, queriendo obligarla a firmar un nuevo contrato, pero con fecha de terminación contractual el 15 de marzo, en una acción que viola los derechos laborales; otras “gracias” se le conocen a esta “servidora pública”, como haberse llevado el año pasado el equipo de cómputo del centro cultural, como si a ella le hubiera costado y no a los que pagamos impuestos, creyendo que con eso se debilitarían las funciones del mismo.
Cabe destacar, que los actos arbitrarios de Isabel Molina, que frenan el aprendizaje artístico y cultural de los ciudadanos del DF, continuarán, pues dice que la cancelación de contratos de los maestros talleristas vendrán en cascada y todo con el fin de apoderarse del centro cultural para darles lugar a sus recomendados o en su defecto, de no funcionarle esto, seguir luchando para que sea cerrado ese espacio, desconociendo al parecer, que la actividad que desarrolla el “Xavier Villaurrutia”, es netamente sociocultural y no político. Siendo un sitio, donde se trabaja con niños y jóvenes, muchos en situación de calle o con capacidades distintas, así como con grupos minoritarios, y que no se ha quedado únicamente en su espacio, pues realiza trabajos fuera del mismo, saneando con su actividad, sin mucho merecimiento la imagen que tiene el GDF con la cultura.
Ya la secretaria de Cultura del GDF, tiene en sus manos la denuncia y peticiones de los trabajadores del “Xavier Villaurrutia”, y tendrá un encuentro con ellos, hoy lunes 24, y estaremos pendientes si pone las cosas en su lugar, principalmente a Isabel Molina, que debido a su ignorancia, “piensa” que el cargo la hace conocedora de las necesidades a cubrir con respecto a la cultura. Mientras tanto, así van las cosas, que no van bien.
http://www.diariodemexico.com.mx/?module=displaystory&story_id=40987&format=html