Elena Cepeda y la historia de Daphne
Por Hazel Gloria Davenport
Por Hazel Gloria Davenport
Viernes 7 de agosto de 2009
Entre el día en que Daphne Kelly dio su última clase como maestra de inglés sin sueldo en el Centro Cultural Xavier Villaurrutia y la declaración de la secretaria de Cultura de Distrito Federal, Elena Cepeda, de que en esta ciudad “la dignidad no se negocia”, caben muchas cosas, recuerdos, hambre, luchas y un vacío que no ha cambiado en los derechos laborales de las personas transgénero.En la actualidad, uno de los sectores más vulnerabilizados del país lo componemos mujeres y hombres transgénero (personas travestis, transgenéricas y/o transexuales), entre las que existen profesionistas, académicas, artistas y personas que podríamos aportar mucho al desarrollo económico, científico, artístico y cultural del país y en concreto de esta ciudad.En otros países, como Inglaterra y España, incluso Estados Unidos, personas transgénero con sus derechos civiles plenos han aportado mucho a la ciencia y al arte, como en el caso del fotógrafo Loren Cameron, la actriz Carla Antonelli en España, Dee Palmer en Ingaterra y Wendy Carlos, quien fue la compositora y arreglista de varias películas de Stanley Kubrick, entre ellas La Naranja Mecánica.Daphne Kelly reunía algunos de estos requisitos, antes de su proceso transgénero estudió biología y realizó investigaciones en la desaparecida Secretaría de Pesca, su amor por la enseñanza y la libertad la llevó a dar clases de inglés y a fundar un grupo de estudios sobre el arte y la cultura trasgénero, el grupo “Candelilla” en el Centro Xavier Villaurrutia, gracias al apoyo de su responsable, Ubaldo Comi.En ese mismo centro cultural otras artistas transgénero se han presentado. Actrices y dramaturgas como Erica Bertoqui o guitarristas clásicas como Joanna Elizabeth García, en tanto que otros generadores de cultura como el filósofo Leks Isaac Díaz, el grupo de rock Neurotika o la artista de diseño Anxelica Risco, han presentado sus trabajos en otros centros culturales de esta ciudad.Cabe recalcar que la mayoría de ellos están en este momento desempleados o han perdido sus trabajos por su condición transgénero.Finalmente, agobiada por el desempleo y la angustia, Daphne perdió su vida luego de tomar una decisión desesperada, dejando como herencia un homenaje que le rindieron sus alumnos de inglés del Centro Cultural Xavier Villaurrutia, donde aun sin sueldo ella dabas sus clases.Hoy el Centro Cultural enfrenta un problema político de un posible acoso a su responsable por la decisión de éste de mantener aun en funciones el grupo de estudios que Daphne fundara hace años y que sigue sesionando los miércoles por la noche.Durante el Segundo Festival Trans, llevado a cabo en ese mismo lugar, bajo la organización del colectivo San Benito y paradójicamente apoyado por la secretaria de Cultura del DF, se mencionaron dos puntos: la contratación de artistas transgénero desempleadas y poner el nombre de Daphne Kelly al aula donde daba sus clases gratis y sesionaba su grupo de estudios sobre el arte y la cultura diversa.Dos acciones que darían dignidad y empleo a mujeres y hombres sin ciudadanía.Dos acciones que serían históricas en este país y que pesarían mucho para la designación de la próxima sede de los Outgames.Dos acciones que darían justicia a una mujer mexicana.Dos acciones que darían congruencia a las palabras de una funcionaria.